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ARTÍCULOS

La Misericordia de Dios

Para poder hablar de la misericordia de Dios como uno de sus atributos primero debemos definir que es un atributo.


Cuando hablamos de atributos de Dios, debemos decir que es lo que las escrituras nos permiten conocer de Dios (pues las escrituras nos revelan a Dios). En otras palabras, los atributos de Dios son su carácter, su personalidad y sus rasgos (cómo es Dios en todas sus acciones). Las descripciones vertidas en su palabra nos muestran a un Dios Creador que ha escogido revelarnos su identidad y propósitos a través de las Escrituras de manera que podamos entenderlo y conocerlo primeramente como un Dios soberano, inmutable, temible, único, omnisciente, omnipresente, entre otras características que solo le pertenecen a él, pero también se ha dado a conocer por medio de su hijo como un Dios que ama a su creación, que está pendiente de ella, amplio en gracia y misericordia.


Hay características o atributos que solo son de Dios y que muchas veces son difíciles de comprender porque pertenecen solamente a él y no son compartidos con sus hijos. Estos atributos son conocidos como incomunicables. Estas cualidades son las que a él le hacen ser el único Dios verdadero. Atributos como la inmutabilidad, omnipotencia, omnipresencia, omnisciencia, entre otros con estas características, solo le pertenecen a él.


Hay otro tipo de atributos que Dios en su amor ha decidido compartir con sus hijos. De estos atributos debemos entender que cuando hablamos de ellos, no queremos decir que él nos va a traspasar ese atributo como él lo tiene, sino que, de alguna manera, Él puede formar ese atributo en nosotros. (1) Atributos como el amor, la bondad, la misericordia, la justicia, entre otros, son los que Dios forma en nosotros y a dispuesto para sus hijos.


Teniendo claro lo anterior, hoy hablaremos de la misericordia de Dios


La misericordia de Dios en la biblia ocupa dos palabras en las que se puede definir este atributo. En el Antiguo Testamento la misericordia de Dios ocupa el término hebreo «jesed» que significa bondad, misericordia, gracia, amor y fidelidad. En el Nuevo Testamento encontramos el término griego «eleos» que se refiere a la manifestación extrema de compasión (2). Pero no es simple compasión o una mera demostración de bondad, sino que es algo que viene de Dios hacia la humanidad, ejemplificado como una relación matrimonial plasmada entre Dios y su pueblo.


Por lo tanto, un significado bíblico de la misericordia de Dios es simplemente la expresión máxima o manifestación plena de su amor revelado a la humanidad. Por misericordia, Dios desde el principio no dio el castigo que merecían Adán y Eva en el huerto del Edén al momento de pecar. Por misericordia, Dios se reveló de manera progresiva a su pueblo aun cuando ellos fueron infieles. Por misericordia, Dios envió a su hijo para anunciar su verdad, traer el perdón y reconciliación a una humanidad que estaba separada y destituida de la gloria de Dios. Ahora esta misericordia no es obligada, sino que, por su inmensa bondad, él pensó en su creación, llevando a cabo su plan eterno de redención. Es Dios mismo quien tomó la iniciativa de ser misericordioso.


“Pero Dios es tan rico en misericordia y nos amó tanto que, a pesar de que estábamos muertos por causa de nuestros pecados, nos dio vida cuando levantó a Cristo de los muertos. (¡Es solo por la gracia de Dios que ustedes han sido salvados!) Pues nos levantó de los muertos junto con Cristo y nos sentó con él en los lugares celestiales, porque estamos unidos a Cristo Jesús.

Efesios 2: 4-6 NTV


El teólogo Luis Berkhof nos da un hermoso significado. La misericordia de Dios puede definirse como la bondad o amor de Dios hacia los que se encuentran en miseria y angustia espiritual, sin tomar en cuenta que se lo merezcan. En su misericordia Dios se revela como compasivo, que se apiada de los que se hallan en miseria, y que está visto siempre para socorrerlos en sus agonías. (3)


¿A quién Dios muestra su misericordia?


Dios da su misericordia a los afligidos y angustiados y esta misericordia es gratuita y abundante para sus hijos que le invocan:


Porque tú, Señor, eres bueno y perdonador,

Y grande en misericordia para con todos los que te invocan.

Salmo 86:5 RV 60


Su misericordia es eterna e inmutable:


Y los sacerdotes desempeñaban su ministerio; también los levitas, con los instrumentos de música de Jehová, los cuales había hecho el rey David para alabar a Jehová porque su misericordia es para siempre, cuando David alababa por medio de ellos. Asimismo, los sacerdotes tocaban trompetas delante de ellos, y todo Israel estaba en pie.

2 crónicas 7:6 RV 60


Aunque la humanidad es pecadora, él tiene misericordia de todos:


Amad, pues, a vuestros enemigos, y haced bien, y prestad, no esperando de ello nada; y será vuestro galardón grande, y seréis hijos del Altísimo; porque él es benigno para con los ingratos y malos. Sed, pues, misericordiosos, como también vuestro Padre es misericordioso.

Lucas 6:35-36 RV 60


Dios tiene una misericordia especial para sus hijos:


y para hacer notorias las riquezas de su gloria, las mostró para con los vasos de misericordia que él preparó de antemano para gloria,

Romanos 9:23 RV 60


¿Cuáles son los resultados de la misericordia de Dios en nosotros?


Solo pensar que Dios no nos dio el castigo que merecíamos por nuestro pecado, sino que nos amó, nos perdonó y nos trajo salvación, “por misericordia”, debiese cambiar nuestro chip. Pues nuestra vida debiese estar en modo gratitud por todo lo que recibimos de parte de Dios. Esto debe manifestarse en nuestra devoción al Señor, pero también en cómo somos con los demás. En Lucas 6:36 su palabra nos manda a ser misericordiosos, así como Dios es misericordioso con nosotros.


El presentar a Jesús a quienes no le conocen, no consta solamente con decir que Dios les ama, sino que también con nuestro testimonio y el cómo somos con la gente forman parte de nuestra predicación. La nueva vida en Cristo nos da una nueva visión y un nuevo propósito y es que Cristo sea reflejado en nosotros. Recuerda que su Espíritu Santo está en nosotros y si hemos nacido de nuevo, es él quien nos guía, y es él quien debe ser glorificado con nuestro actuar.


Por lo tanto, te invitamos a ser misericordiosos. Jamás igualaremos a la misericordia de Dios demostrada a su creación, pero debemos hacer lo posible por que Cristo sea glorificado con nuestra actitud, con nuestra manera de ser, y en como somos con los demás. Debemos ser misericordiosos, pues no es para nuestra vanagloria, sino para la gloria de Dios.


Vestíos, pues, como escogidos de Dios, santos y amados, de entrañable misericordia, de benignidad, de humildad, de mansedumbre, de paciencia; soportándoos unos a otros, y perdonándoos unos a otros si alguno tuviere queja contra otro. De la manera que Cristo os perdonó, así también hacedlo vosotros. Y sobre todas estas cosas vestíos de amor, que es el vínculo perfecto.

Colosenses 3:12-14 RV 60

 
[1] Artículo Los atributos comunicables de Dios, escrito por el Pr. Miguel Núñez para Coalición por el Evangelio [2] Diccionario Vine AT jesed (חֶסֶד, H2617), [3] Teología Sistemática, pág. 84, Atributos Morales, Luis Berkhof
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