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ARTÍCULOS

Un amigo incondicional

Estamos en marzo y es muy probable que ya te encuentres estudiando, ya sea en el colegio o en la Universidad. Esta etapa de la vida suele estar llena de buenos recuerdos y momentos gratos junto a las amistades.


Pero lamentablemente, no todo es alegría, porque muchas veces tenemos que padecer en nuestro lugar de estudio a causa de nuestra creencia en Dios, a causa de nuestro estatus económico y social o causa de nuestra condición física. Y en la desesperación, esto nos puede llevar a la desesperanza.


Hoy te escribo a ti, que recibes aquellos mensajes por las redes sociales que te destrozan el corazón, a ti que se te llena el corazón de amargura cuando cruzas los pasillos de tú colegio o universidad, a ti que antes de dormir tú mente se llena de recuerdos agrios que hacen que de tus ojos broten lágrimas.


Quizás hoy te encuentres sin esperanza, pero quiero decirte que no es el fin, que no estás solo, y que hoy, hoy mismo Dios puede darle ese consuelo que tanto necesita tú corazón. Las burlas son dolorosas, las miradas te dan miedo, pero en medio de ese miedo y ese dolor hay alguien que está a tu lado como poderoso gigante.


Y no solo está a tú lado, Él conoce profundamente tú corazón, tú dolor, y no es ajeno a la tristeza que cargas día a día. Él es Jesús, el hijo de Dios. Las Escrituras nos dicen de Él en Hebreos 4:15 “Porque no tenemos un sumo sacerdote que no pueda compadecerse de nuestras debilidades”, y eso es porque Cristo pasó por muchos sufrimientos, de tal manera que ahora puede comprender profundamente tú dolor y tú debilidad.


Él fue humillado, despreciado, abandonado por sus discípulos y por Su Padre a causa del pecado que cargó sobre sus hombros, para que hoy nosotros pudiéramos alcanzar la salvación, y podamos acercarnos confiadamente a Dios. Y aunque murió en la cruz, Su obra no culminó en la Cruz, Él resucitó y hoy está a tú lado.


Es por eso que cuando llores por tu dolor, Cristo seca las lágrimas de tus mejillas. Cuando sientas que la vida no tiene sentido, Cristo te da esperanza. Cuando todos tus amigos te abandonen, Él permanece fiel por siempre, porque no hay nadie que pueda conocer más profundamente tú situación que Cristo mismo.


Él puede darle consuelo a ese corazón quebrantado. Puedes encontrar en medio de tu dolor, un amigo fiel que siempre estará contigo. Hay un himno que dice: “Jesús es mi amigo, mi buen amigo fiel…en todos mis pesares es siempre mi sostén”. Él es nuestro Señor, que no nos dejó solos cuando ascendió al cielo y hoy nos brinda de su tierno consuelo.


2 Corintios 1:5 dice “Porque de la manera que abundan en nosotros las aflicciones de Cristo, así abunda también por el mismo Cristo nuestra consolación.” Así es, abunda la consolación de Cristo en nosotros, para los que confían en Él, para los que entregan su dolor a Él. Puede que en este momento abunde en ti la tristeza y el dolor, pero hoy Cristo abre una puerta de esperanza para entregarte consolación.


¿Cómo puedo hallar esa paz y ese consuelo? Quizás te preguntas. Solo basta acercarte a Jesús en oración, expresarle lo que sientes y lo que haz sufrido por causa de la maldad del mundo, en ese momento, cuando abras totalmente tú corazón, podrá experimentar el abrazo tierno del Señor, y cuando te levantes, verás que en tú corazón está esa paz que solamente Dios puede dar.


Por ello, querido hermano y hermana, nunca olvides que no estás solo, que tenemos a nuestro a Jesús, quien nos brinda paz y consolación.

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