En este artículo y en los próximos cinco que seguirán, nos sumergimos en un tema que quizás no sea tan glamoroso como otros que hemos tratado anteriormente. Pero, ¿acaso lo atractivo debe ser siempre sinónimo de relevante? Pues, aunque parezca menos atractivo que otros temas, lo abordaremos porque es un tema desafiante, contingente y bíblico.
Desafiante:
porque es un concepto del que se predica poco en este tiempo, porque suena a un estándar subjetivo e interpretable y porque es un reto a la comodidad espiritual contemporánea.
Contingente:
Porque se hace cargo del empoderamiento social-cristiano de interpretar la perseverancia en la fe, la ética y moralidad cristiana de manera subjetiva, en muchos casos bajo la consigna de “una relación personal donde cada quien maneja los límites”.
Porque la inserción de este pensamiento ha permeado a jóvenes, matrimonios, familias e iglesias que hoy sirven al cuerpo de Cristo sin mala intención, pero con un mensaje incompleto que debe ser precisado.
Porque nos forzará a examinar nuestras decisiones más triviales, dándole nombre a las áreas grises e irremediablemente presionándonos a hacer cambios en nuestros hábitos personales, en la visión de familia y comunidad cristiana en cuanto al evangelio.
Bíblico:
Porque a pesar de que esta sencilla palabra aparece no más de quince veces en la biblia, su profundidad nos llevará directo a una de las doctrinas más desatendidas por nuestra generación (La Santificación) y de la cual no pretendemos solo teorizar, sino llevarlo rápidamente a lo cotidiano, porque en nuestros tiempos es como un eslabón perdido entre el momento en que recibimos a Cristo y su segunda venida, porque se juega con ella siempre al límite o se maneja según conveniencia, porque la Santificación, es la obra del Espíritu Santo que nos fortalece, la que nos libera del poder del pecado y el único camino para que en la vida de todo creyente, el nombre de Jesús sea Glorificado día a día y de manera palpable.
El ser irreprensibles y santificados no es una meta inalcanzable; Dios no exige lo que no se puede lograr, así que, podremos sufrir por ser irreprensibles, desanimarnos y hasta frustrarnos
en el intento; todo esto en cuanto al hombre exterior, sin embargo, el gozo, la plenitud, la llenura y la paz de Dios que cubre todo y hace las cosas más allá de nuestro entendimiento,
obrando en hombres y mujeres dispuestos por vivir según su nueva naturaleza en Cristo, hará que esta vida, sus deleites, vanidades y tentaciones sean tan insípidos que no serán necesarios, no tendrán poder de atracción para nosotros y mucho menos podrán gobernar tu vida, de manera que podremos decir con santa alegría a otros:
“Fiel es el que os llama, el cual también lo hará” 1Tes 5:24
DEFINIENDO EL CONCEPTO
“Aquel que se imagina que Cristo vivió, murió y resucitó para obtener solamente la justificación y el perdón de los pecados de su pueblo, tiene todavía mucho que aprender, y está deshonrando, lo sepa o no, a nuestro bendito Señor, pues coloca a su obra salvadora en un plano incompleto”.
John Charles Ryle
Tratar de explicar o describir el significado de “algo” pareciera simple, pero en muchas ocasiones puede ser realmente desafiante cuando no se logra dar con las palabras adecuadas.
Es común, que cuando se trata de definir conceptos, haya sesgos evidentes dependiendo de quien haga las interpretaciones o definiciones, ya sea que se trate de alguien con buenas intenciones, pero sin mucha experiencia, o que sea una persona que deliberadamente haga una definición que se ajuste a sus ideologías. Cualquiera sea el caso, siempre habrá para un mismo concepto, la posibilidad de encontrarse con tantas definiciones como ideologías existan.
El problema de un concepto mal definido es que arrastra a personas, familias y sociedades completas a definir ideas, convicciones y conductas que pudieran ser diametralmente opuestas a la verdad. Una secuencia lógica podría graficarse de la siguiente manera:
Concepto > Idea > Convicción > Conducta > Hábito > Estilo de vida
Veamos esta secuencia en acción con lo que la mayoría de nosotros conocemos con “El evangelio de la prosperidad”. En un corto resumen, tenemos que por la definición del concepto “bendición” que hiciera un pastor y metafísico llamado Essek William Kenyon allá por los años 50, se desarrolló la idea de que, si las personas declaraban y visualizaban sus necesidades materiales, Dios las entregaría a sus hijos. Esto trajo tal convicción en los oyentes de los telepredicadores de ese
tiempo, que se desarrollaron una serie de ministerios expandidos en toda América, desarrollando hábitos en muchas congregaciones, como el de declarar, de atar o desatar y reprender espíritus de pobreza, entre otros; hábitos tan arraigados que han llegado a ser una característica de sus estilos
de vida. Esta es la razón por la que le doy tanta importancia a la definición del concepto. Un concepto mal definido, puede terminar en la distorsión de una verdad.
Ser Irreprensible
Creo que algo similar pasó con este concepto bíblico. No puedo decir quien, como, ni cuando, se distorsionó su significado, sin embargo, de lo que tengo convicción, es de que esta verdad y mandato escritural, ha sido desvirtuado, haciendo creer a generaciones de cristianos, que se trata de perfección.
Y si de perfección se trata, entonces no calificamos, no trabajamos para ello, es una idea que nos desanima porque conocemos nuestros errores, y en suma, es tan inalcanzable la idea de perfección (o irreprensibilidad) que preferimos pasar, y admirar a la distancia a unos pocos santos que, en apariencia si lo han logrado.
En la búsqueda de una definición precisa de irreprensibilidad, encontramos varias explicaciones para esta palabra, pero en muchos casos, por ser esta, una palabra con connotación tajante, directa y casi excluyente, creo que ha sido víctima del desprecio y de la no comprensión. Entonces, quiero proponerte una pequeña lista de las cosas que no pueden relacionarse con irreprensibilidad y luego trataremos de explicar y discernir juntos de que se trate imperativo escritural.
1. NO ES ACTO PARCIAL
2. NO ES COSA QUE SE CONSIGUE EN UN DÍA
3. NO SE RECIBE ALEATORIAMENTE
4. NO ES INSTANTANEO
5. NO ES UN PREMIO POR COSAS QUE HAGAS
6. NO ES UNA HERRAMIENTA DE COMPARACION
7. NO ES REQUISITO DE UN GRUPO SELECTO
8. NO ES UNA LISTA DE RESTRICCIONES
9. NO SE TRATA DE VOTOS MONASTICOS
10. NO SE TRARA DE AISLAMIENTO SOLITARIO
Como ya tenemos una lista de las cosas que no deben relacionarse con la idea bíblica de irreprensibilidad, veamos que dice la biblia y luego concluyamos con algunas definiciones que nos ayuden a comprender y volver a sembrar esta idea en nuestras mentes.
Ambos eran justos delante de Dios, y andaban irreprensibles en todos los mandamientos y
ordenanzas del Señor (Lc 1.6)
el cual también os confirmará hasta el fin, para que
seáis irreprensibles en el día de nuestro Señor
Jesucristo (1 Co 1.8)
para que aprobéis lo mejor, a fin de que seáis
sinceros e irreprensibles para el día de Cristo (Flp
1.10)
para que seáis irreprensibles y sencillos, hijos de
Dios sin mancha en medio de una generación
maligna y perversa, en medio de la cual
resplandecéis como luminares en el mundo; (Flp
2.15)
en cuanto a celo, perseguidor de la iglesia; en
cuanto a la justicia que es en la ley, irreprensible
(Flp 3.6)
en su cuerpo de carne, por medio de la muerte, para
presentaros santos y sin mancha e irreprensibles
delante de él (Col 1.22)
Vosotros sois testigos, y Dios también, de cuán santa,
justa e irreprensiblemente nos comportamos con
vosotros los creyentes (1 Tes 2.10)
para que sean afirmados vuestros corazones,
irreprensibles en santidad delante de Dios nuestro
Padre, en la venida de nuestro Señor Jesucristo con
todos sus santos. (1 Tes 3.13)
Y el mismo Dios de paz os santifique por completo; y
todo vuestro ser, espíritu, alma y cuerpo, sea
guardado irreprensible para la venida de nuestro
Señor Jesucristo (1 Tes 5.23)
Pero es necesario que el obispo sea irreprensible,
marido de una sola mujer, sobrio, prudente,
decoroso, hospedador, apto para enseñar; (1 Ti 3.2)
Y éstos también sean sometidos a prueba primero, y
entonces ejerzan el diaconado, si son irreprensibles.
(1 Ti 3.10–11)
Manda también estas cosas, para que sean
irreprensibles; porque si alguno no provee para los
suyos, y mayormente para los de su casa, ha negado
la fe, y es peor que un incrédulo. (1 Ti 5.7–8)
el que fuere irreprensible, marido de una sola mujer,
y tenga hijos creyentes que no estén acusados de
disolución ni de rebeldía. Porque es necesario que
el obispo sea irreprensible, como administrador de
Dios; no soberbio, no iracundo, no dado al vino, no
pendenciero, no codicioso de ganancias deshonestas,
(Tit 1.6–7)
Por lo cual, oh amados, estando en espera de estas
cosas, procurad con diligencia ser hallados por él
sin mancha e irreprensibles, en paz. (2 P 3.14)
En los textos que hemos leído, encontramos a personas; padres, jóvenes, personas en el ministerio como pastores, diáconos y obispos, todas ellas con la misión de alcanzar la irreprensibilidad. No que ya la tengan, pero consideren conscientemente trabajar por ello.
Entonces, sabemos que alcanza a toda persona sin excepción.
De la misma forma, podemos aseverar, que ser irreprensible está en relación con la ley de Dios, con su sistema de pensamiento, con su voluntad y con lo que Él determina en el
ámbito de la moralidad. Entonces, podemos conocer en función de que se demanda la irreprensibilidad.
Luego, de textos como: Filipenses 1:10 y 1 Corintios 1:8, encontramos el objetivo o la razón por la cual debemos trabajar por la irreprensibilidad, esto es, “El día del Señor” y por lo tanto comprender que es una tarea que le tomará a la mayoría de los cristianos, su vida entera. Pero también, de estos mismos textos podemos extraer otra verdad, y es que es Dios mismo quien sostiene el éxito de esta tarea “el cual también os confirmará hasta el fin”. Entonces, es una tarea de largo aliento y que es confirmada por Dios y no por la destreza o el cumplimiento del individuo.
Finalmente, en 1 Timoteo encontramos en una serie de conductas que son ordenadas por el apóstol, que deben ser cumplidas en cuanto al trato hacia los demás, y que son prerrequisito para la irreprensibilidad: “Manda también estas cosas, para que sean irreprensibles;”. Entonces, es una tarea de disciplina que puede ser aprendida y que puede ser puesta en práctica.
Para terminar con esta sección, tomando en cuenta todos los versos revisados y habiendo hecho un breve análisis del acento que cada uno de ellos pone sobre la irreprensibilidad, nos queda la tarea de aventurarnos en la definición; y pudiendo haber muchas más (y les desafío a que hagan la propia), les ofrezco algunas que pudieran ser un parafraseo de los textos examinados:
La irreprensibilidad no es una carrera por un estatus espiritual, tampoco es válida cuando está acompañada de pretensiones personales, no tiene nada que ver con jactancia y si tiene todo que ver con entrega, negación y compañerismo.
No te frustres tratando de ganar una gran guerra, tampoco debemos pensar que es cuestión de un solo acto heroico, o de un don instantáneo, más bien, ser irreprensible se trata de la suma de pequeñas batallas, en respuesta amorosa y reverente hacia nuestro Redentor.
Reconocerás a un irreprensible, porque siempre sale de la curva promedio, porque hace lucir al resto como en un nivel distinto; será envidiado e incluso odiado, pero no podrán encontrar causa alguna para acusarle, no es perfecto, pero no es digno de reprensión.
Su conducta es una incomodidad santa.
Te desafío a que crees tu propia definición de irreprensibilidad. Hazlo como una declaración de propósito junto a tus jóvenes y te sorprenderá lo revitalizador que será para tu grupo.
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