Tal como indicamos en el último artículo, analizaremos el acróstico PESCA, el cual busca estudiar los principales objetivos que Dios le ha dado a Su iglesia. Esto son:
P redicación o proclamación.
E Enseñanza o estudio.
S Servicio a los demás.
C Compañerismo o comunión.
A Adoración.
Al desarrollar el acróstico, dejaremos de lado la Predicación o proclamación, que será el contenido del siguiente tema. Por lo tanto nos referiremos a las otras cuatro cosas, que les llamaremos 4 funciones esenciales de una Iglesia.
La Primera función esencial es la “Enseñanza o el estudio”.
¿Enseñanza de qué? Lucas dice que la Iglesia perseveraba en la doctrina de los apóstoles. Esto quiere decir, que los nuevos convertidos necesitan conocer su fe. La fe de un nuevo creyente debe estar fundamentada en las enseñanzas de Jesús, y las mismas han quedado registradas en el testimonio de los apóstoles, a través de los diversos libros del Nuevo Testamento. Pablo le escribe a los Efesios “Edificados sobre el fundamento de los apóstoles y profetas, siendo la principal piedra del ángulo Jesucristo mismo”. (Efesios 2:20)
En otras palabras, es imposible conocer a la Iglesia de Cristo, sino se conoce lo que enseñó Cristo. Por eso resulta fundamental conocer la Biblia, estudiarla y meditarla cada día. En ella encontramos el alimento para nuestra vida espiritual. En su lectura tendremos la corrección o la inspiración para lo que debemos hacer cada día. Debemos saber cuantos libros tiene, y de qué trata cada uno.
La Segunda función esencial es el “Servicio a los demás”.
En el caso de la Iglesia “primitiva” esto lo hacían de dos formas. A los de adentro y a los de afuera. A los de adentro, nos toca velar para que no existan creyentes viviendo con las necesidades básicas. El principio bíblico que rige aquí, lo menciona Pablos a los Gálatas cuando les dice: “No nos cansemos, pues, de hacer bien; porque a su tiempo segaremos, si no desmayamos. Así que, según tengamos oportunidad, hagamos bien a todos, y mayormente a los de la familia de la fe”. (Gálatas: 8-9)
La iglesia del primer siglo cumplía el mandamiento de Jesús de “amar a sus prójimos como a si mismo” no solo con palabras, sino que también con hechos. Esta misma función inspiró a la Iglesia a formar, orfanatorios, hospitales, escuelas, hogares de menores, de ancianos y otros. Dios nos ayude a tener el mismo espíritu.
La Tercera función esencial es el “compañerismo o comunión”.
El hombre fue creado por Dios como un ser eminentemente social. Fue creado para compartir, para estar acompañado, no para vivir en soledad. La Iglesia es el punto de encuentro y de reunión. Es el lugar para socializar y compartir. Es tan especial, que nos identificamos como una familia, la familia de Cristo.
En la Iglesia, desarrollamos nuestra amistad. La que queda reflejada en la forma de identificarnos: Somos “los hermanos en la fe”. La amistad de otros creyentes nos sirve de gran estimulo, en los caminos del Señor. El salmista lo expresa de la siguiente manera: “¡Mirad cuán bueno y cuán delicioso es, habitar los hermanos juntos en armonía! (Sal. 133:1)
La mención que las Escrituras hace de la frase “los unos a los otros” muestra la importancia del “otro” en una congregación. Debemos, ayudarnos, exhortarnos, aconsejarnos, animarnos y orar los unos por los otros. Permita Dios que seamos personas preocupadas de nuestros hermanos.
La cuarta y última función la “Adoración”.
Cada persona que se convierte a Cristo debe aprender a "adorar a Dios” y hacerlo “en espíritu y en verdad" (Juan 4:24). Cada creyente debe aprender a gustar la presencia del Dios vivo. Debe aprender lo que es la alabanza, la oración y la adoración. El día de Señor es un día especial para los creyentes. En este día celebramos la resurrección de Jesús y recordamos que él vive. Debemos aprender a cultivar nuestra vida espiritual, la que se edificará al participar en los cultos de adoración con otros cristianos.
Cada parte del culto esta diseñada para la participación del grupo. Puede cantar alabanzas, unir sus pensamientos con los demás en oración, presentar su ofrenda al Señor y escuchar el mensaje de “La Palabra de Dios”. El Salmo 100:4 dice lo siguiente: “Entrad por sus puertas con acción de gracias, por sus atrios con alabanza; Alabadle, bendecid su nombre”.
¿Qué debe hacer un nuevo creyente? Además de conocer a Cristo, debe conocer el Cuerpo de Cristo que es la Iglesia. Debe asistir regularmente a la congregación y hacer caso al consejo bíblico. “No dejando de congregarnos, como algunos tienen por costumbre” (Hebreos 10:25) O sea, un buen cristiano debe asistir regularmente a la Iglesia, y debe hacer lo que la iglesia hace: Enseñar o estudiar la Palabra, Servir a Dios y al prójimo, Compartir y tener compañerismo y comunión cristiana y por último debe participar activamente en la Adoración.
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