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ARTÍCULOS

Firmes en un mundo decadente

Este es nuestro último artículo de nuestra serie del mes de marzo, donde quisimos compartir con todos ustedes la importancia de la vocación y la educación universitaria. Una preocupación constante en la mente de la juventud en general. También quisimos abordar un tema que ha quitado la vida de jóvenes y señoritas como lo es el bullying y cómo podemos encontrar consuelo en nuestro Señor. Y por último la semana anterior conversamos sobre la importancia del evangelio de Jesucristo y como somos llamados a dar firme testimonio de nuestra fe.


En este último artículo queremos abordar un tema que para nadie es desconocido respecto a la sociedad en la que vivimos. Todos afirmaremos si decimos que esta sociedad busca sacar a Dios de todas partes. Lo podemos ver en la televisión, lo podemos oír en la música secular, en la publicidad y mayormente, en nuestras casas de estudio. Pareciera que el nombrar a Dios es sinónimo de anticuado o prohibido. Es más, creer en Dios o comentar que vas a la iglesia te pondrá en el asiento de los acusados y tendrás que resolver una gran cantidad de preguntas de tus pares y más aún de tus profesores de universidad, que te harán sentir una clase inferior de persona, solamente por tener fe y proclamar que el evangelio es la única verdad que cambia la vida de hombres y mujeres.


Y cuando me refiero a una clase inferior de persona, es por el hecho de tener que enfrentarte a las preguntas del resto, tales como: ¿de dónde vengo? ¿a qué vine? ¿a dónde voy? Buscarán ser respondidas por la razón humana. La cual, como nos enseña la Palabra, está entenebrecido.


“teniendo el entendimiento entenebrecido, ajenos de la vida de Dios por la ignorancia que en ellos hay, por la dureza de su corazón.”

Efesios 4:18


Esto no te debe extrañar, la Palabra en la segunda carta de Pablo a los Corintios, expresa que este mundo tiene su entendimiento ciego, debido a que el dios de este siglo los tiene cautivos.


“en los cuales el dios de este siglo cegó el entendimiento de los incrédulos, para que no les resplandezca la luz del evangelio de la gloria de Cristo, el cual es la imagen de Dios.”

2° Corintios 4:4


Con este verso en mente, podemos concluir que este mundo va en una constante decadencia, no esperes mejoras. No pienses que serás aplaudido por tu fe. Ya que el evangelio viene a mostrar la luz en medio de tinieblas. Y esa es la realidad donde tú estás, siendo luz donde la cultura proclama como bueno lo que es malo.


Tienes dos opciones, o soy amado por mis compañeros, pero tranzando la verdad o soy despreciado a causa de ser luz.

La verdad es que la primera es más fácil, pero su fin, según nos enseña la Palabra, es destrucción. Nunca a nadie le ha ido bien por desatender la voz de Dios. La segunda, puede costarte amistades, momentos agradables a la vista de todas las personas, incluso la vida. Pero su fin, es agradar a Dios y que tu vida tenga un verdadero sentido, que lo entrega la esperanza del evangelio.


Es el momento de tomar la decisión, buscaremos agradar a nuestros pares con nuestro silencio, o agradar a Dios con ser fieles a la verdad.

Hace un tiempo escuché la última declaración de Josué, el líder del pueblo de Israel, cuando estaba repartiendo la tierra y era su último discurso. Luego de indicarles que debían servir a Jehová, les dijo:


“Y si mal os parece servir a Jehová, escogeos hoy a quién sirváis; si a los dioses a quienes sirvieron vuestros padres, cuando estuvieron al otro lado del río, o a los dioses de los amorreos en cuya tierra habitáis; pero yo y mi casa serviremos a Jehová.”

Josué 24:15


Joven y señorita, te animamos a que por sobre todas las cosas, sirvas a Dios con todo tu corazón en medio de tu generación. Entrégate por completo a la causa de Jesús, que realmente es la única que vale la pena.

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