TALLER I AJ:

¿Jefe de jóvenes yo? ¡pero si no sé nada sobre el trabajo juvenil! Esta expresión suele se común al recibir el alto llamado de dirigir el trabajo juvenil al interior de nuestra iglesia. Quizás no lo verbalizamos, pero sí lo pensamos en un gemido interno de ayuda a Dios para asumir tal desafiante tarea. De hecho, quien aún no haya vivido la experiencia de encontrarse tan pequeño frente a esta tarea tan grande y haya asumido esta labor con entusiasmo formulando su mente mecanismos, métodos y estrategias de trabajo, sin sentir la profunda angustia de necesitar imperiosamente de ayuda divina, difícilmente esté desarrollando un trabajo maduro y tiene aun muchas lágrimas que derramar antes de reconocer su absoluta incapacidad (Ro 7.18).