La Oración: acción de gracias
"Perseverad en la oración, velando en ella con acción de gracias” …
Colosenses 4:2
Si pudiésemos definir ¿qué es la oración?, podríamos decir que es "una conversación con Dios". Al definirla como un diálogo o una conversación con nuestro padre, no podríamos definirla solo como una meditación o una acción reflexiva pasiva, sino que es una acción activa que permite dirigirnos y tener comunión viva con nuestro padre celestial.
Cuando oramos al Señor, debemos hacerlo con fe (Santiago 1:6), orando al padre por medio de nuestro Señor Jesucristo (Juan 16:23) en el espíritu Santo (Romanos 8:26).
La palabra de Dios nos revela que hay muchas maneras de hablar con Dios. Por ejemplo, 1 Timoteo 2:1 nos dice: "Exhorto, ante todo, a que se hagan rogativas, oraciones, peticiones y acciones de gracias, por todos los hombres", y hoy nos centraremos en la “acción de gracias”.
Según el diccionario bíblico Vine, podemos decir que “la acción de gracias es la respuesta a la gracia de Dios. La acción de gracias nos lleva a tomar conciencia de la misericordia de Dios, reconocimiento y gozo ante la grandeza divina de Dios”.
Si echamos un vistazo a los personajes bíblicos que tuvieron oraciones en acción de gracias, encontraremos al apóstol Pablo. Uno de los textos en que el apóstol nos recuerda la actitud de agradecimiento es 1 Tesalonicenses 5:16-18, enseñándonos que, pese a las circunstancias buenas o malas, debemos ser agradecidos: “Estén siempre alegres. Nunca dejen de orar. Sean agradecidos en toda circunstancia, pues esta es la voluntad de Dios para ustedes, los que pertenecen a Cristo Jesús.” (NTV)
Esta recomendación de Pablo a los hermanos de Tesalónica no la hace a la ligera. Cuando se dirige a los corintios en su segunda carta en el capítulo 11, el apóstol lo conversa desde su propia experiencia, contando como fue azotado y perseguido, atravesando procesos muy complejos, y, aun así, dijo; “sean agradecidos en toda circunstancia” (v 18).
Querido joven, que importante es tener un corazón agradecido. Su palabra nos promete que nuestras preocupaciones, lamento y tristeza serán cambiadas en alabanza, aun en tiempos difíciles, incluso viéndonos conflictuados por los silencios de Dios. No olvides que su voluntad es buena, agradable y perfecta, y no siempre nuestras peticiones serán respondidas a nuestro antojo. Al contrario, nuestra vida debe estar ceñida a la voluntad de Dios para nosotros revelada en su palabra, y nuestra mirada debe estar centrada en hacer su voluntad.
Cuando más agradecidos somos, menos espacio damos a la lástima y la queja. No siempre es fácil ser agradecido, sobre todo en las malas situaciones, pero su palabra nos aconseja a que podamos alegrarnos en Dios pese a todo. Además, recuerda que a los que aman a Dios, todo, lo bueno y lo malo, nos ayuda a bien.
Querido joven, te invitamos a que tus oraciones sean en acción de gracias a Dios, pero también desafiarte a que tu vida tenga una actitud constante de agradecimiento a Dios por todas sus bondades. Elijamos ser agradecidos, dejemos de lamentarnos y vivamos en “modo gozo” pese a cualquier circunstancia.
“Vengan, cantemos con júbilo al Señor; aclamemos a la roca de nuestra salvación. Lleguemos ante él con acción de gracias, aclamemos con cánticos. Porque el Señor es el gran Dios, el gran Rey sobre todos los dioses.”
Salmo 95: 1-3 (NTV)