Si te soy sincero, luego de dos años estoy cansado de hablar sobre COVID-19, me genera cierto desanimo el escuchar en las noticias de que tenemos una nueva variante y cada vez con nombres más extraños, teniendo que tomar nuevas medidas para evitar el contagio.
Este tiempo no ha pasado en vano, hemos tenido perdidas de familiares y hermanos amados de nuestras iglesias, pasamos de asistir a trabajar o estudiar de manera presencial a estar frente a un computador largas horas del día y por sobre todo pasamos de ir a la iglesia a solo ver la reunión que se transmite muchas veces con la actitud de quien va al cine a ver su película favorita.
Y es en este último punto donde quisiera que pudiéramos reflexionar. De manera forzosa hemos tenido que pasar de la banca al sillón de nuestra casa siendo solamente espectadores de la reunión y no participantes. Porque seamos honestos ¿oras de manera consciente en el culto online? ¿confirmas con la misma energía la palabra que tu pastor predica domingo tras domingo a través de Zoom? ¿eres de los valientes que enciende la cámara?
El autor de la carta a los Hebreos da una instrucción muy clara a la iglesia con respecto al congregarse en el capítulo 10 verso 25:
no dejando de congregarnos, como algunos tienen por costumbre, sino exhortándonos; y tanto más, cuanto veis que aquel día se acerca1
El significado de esta palabra congregarse apunta a esto: Reunir a un conjunto de personas en un lugar.
El autor quiere hacer notar que el congregarnos es fundamental para el crecimiento personal de cada uno y también para el desarrollo de la Iglesia de Cristo. Si analizas el versículo no deja un espacio para la interpretación personal o una especia de invitación, sino que es claro en instarnos que debemos reunirnos para unos con otros adorar a nuestro Santo Dios.
1 Reina Valera Revisada (1960) (Miami: Sociedades Bıblicas Unidas, 1998), He 10:25.
La pregunta que podríamos hacernos es ¿por qué es tan importante reunirnos?
Pudiera darte dos razones importantes: La predicación de la Palabra y la comunión con los hermanos.
La palabra se define así misma como viva y eficaz y más cortante que espada de dos filos (Hebreros 4:12) Cuando tú y yo escuchamos la predicación somos impactados por esta espada trayendo a nosotros la vergüenza de nuestro pecado, pero la maravillosa gracia que nos alcanza. Es importante considerar que Dios desea que esta práctica se realizada con los miembros atentos y sin distracciones, así como ocurrió en el tiempo del escriba Esdras (Nehemías 8:5-6).
Otro beneficio que gozamos de poder asistir a un culto presencial es poder compartir juntos, replicando la realidad de la iglesia primitiva. Lucas nos escribe que todos los que creían estaban juntos y tenían todas las cosas en común (Hechos 2:44). Este compartir constantemente generaba que hombres y mujeres pudieran adorar a Dios a pesar de sus múltiples diferencias, ya sea culturales, económicas o raciales. Esto producía que eran transformados a la imagen de Cristo, el cual ha sido el plan de Dios desde siempre para Su iglesia.
No podemos creer que esta pandemia se escapó de las manos de Dios, al contrario, la biblia es clara al mostrarnos que servimos a un Dios creador y soberano de todas las cosas. Por ende, este tiempo en casa nuestro Señor lo ha permitido, pero no creamos que esta nueva realidad es lo que Dios desea de la Su iglesia. Él quiere que tu puedas congregarte y ser bendecido por tu hermano que está a tu lado en la banca, pero también, la predicación de su palabra es lo que va produciendo frutos que honren al Señor.
Por eso te animamos, que asistas a tu iglesia y puedas ser parte de los servicios presenciales, porque esta es su voluntad para nosotros.
Comments