Jóven, descansa en Dios
"Mis amigos son mis escarnecedores; mis ojos lloran a Dios" (Job 16: 20)
Cuando leemos la Biblia podemos pensar en muchos personajes que pasaron por distintas pruebas. Quizás en David cuando deseó a Betzabé, en José cuando fue vendido por sus hermanos, en Moisés cuando asesinó a un egipcio, cuando Pedro negó a Jesús, las prisiones de Pablo, etc. Sin embargo, podemos establecer que el personaje por ontonomacia que se viene a nuestra mente cuando pensamos en “La prueba”, es en Job. Job es probado en todos los ámbitos de su vida, de manera que podríamos pensar que su fe podía desfallecer o su esperanza disminuir, aun más cuando pensamos en que él no hizo nada malo como para merecer dichas pruebas. No hay relación con una justicia, no siempre es que cosecho lo que siembro como una “ley de retribución”, es solo que somos el barro en las manos del alfarero y Él nos puede hacer la figura que desee y quebrantarnos aun más cuando su finalidad es mayor. Y a veces tampoco debes tener explicación de las pruebas vividas, por que perderían su esencia. Sería como dar un examen y saberse las respuestas, no estudiaríamos o haríamos trampa, en cambio cuando es un examen debemos prepararnos, estudiar y después hay una nota que determina y explica como nos fue en la prueba. Por lo anterior, es que no siempre tendremos razones o una explicación para nuestras pruebas, pero ahí veremos nuestra fe en acción y una evaluación directa de parte de Dios.
1. Job perdió cosas materiales y personales.
El capítulo 1:13-17 describe cómo Job quedó arruinado en solo un día. A causa de robos, catástrofes naturales y consecuencias de guerras, el rico Job se volvió pobre. Y si lo material no fuera poco el golpe de gracia se da con el informe del cuarto mensajero, que le anunció la repentina muerte de sus diez hijos a consecuencia de una catástrofe de la naturaleza (vv. 18, 19 siete hijos y tres hijas). ¿Cómo reaccionó Job a esta prueba? Se postró en tierra, adoró y dijo: "Jehová dio, y Jehová quitó; sea el nombre de Jehová bendito" (vv. 20, 21).
Hoy en día tenemos smartphones, notebooks, queremos cuidar la casa con cámaras, chapas de seguridad, muchos bienes materiales que pueden verse afectos a pérdida y cuánto más sería perder un familiar, pero, cuando nuestra confianza está en Dios solo nos resta humillarnos, perdamos lo que perdamos pues lo que tenemos es por que Dios nos lo ha provisto. No apegues a tu corazón lo material o lo personal, apega tu corazón a Dios, que de Él proviene tu seguridad y consuelo verdadero.
2. La Prueba Física de Job
Todo lo que había pasado hasta ahora estaba fuera de Job mismo, eran sucesos externos. Pero luego fue afectado de una enfermedad. Satanás no se dio por satisfecho, y con el consentimiento del Señor, la enfermedad atacó la vida de Job (cap. 2:1-8).
¿Cómo reaccionó Job a esta segunda prueba?
Quedó aferrado a su Señor, a pesar de que el Señor primero no respondió a su oración y aparentemente no le hizo llegar ninguna ayuda. Dijo: "Qué? ¿Recibiremos de Dios el bien, y el mal no lo recibiremos?" (2:10).
Dia a dia en nuestras oraciones debemos dar gracias a Dios por “la vida y la salud” cosas tan simples como respirar, caminar, ver, sentir, a veces se ven afectados por una enfermedad y recién ahí lo valoramos, debemos estar agradecidos y conscientes de lo que tenemos y lo que Dios nos ha dado.
3. El Matrimonio de Job se desmorona y se ve juzgado.
Después de todo lo sucedido, quien debiese ser una ayuda idonea, un apoyo para Job terminó siendo una nueva prueba: "¿Aún retienes tu integridad? Maldice a tu Dios, y muérete" (2:9). La esposa de Job ahora no solo lo criticaba a él si no también a su Dios y ahora Job estaba más solo que nunca.
Pero desde su montón de ceniza, con toda claridad y severidad le dijo a su mujer: "Como suele hablar cualquiera de las mujeres fatuas, has hablado". Con esto, le volvió la espalda y se aferró aún más al Señor.
Finalmente, es apuntado y criticado por todos aquellos que le conocían y sus amigos buscando explicación a lo que sucedía lo enjuciaban buscando el mal que Job había hecho para estar sufriendo aquello.
"...despojado...como extraños se apartaron de mí...se olvidaron de mi...me tuvieron por extraño...forastero fui yo...mi aliento vino a ser extraño a mi mujer...Me ha despojado de mi gloria, y quitado la corona de mi cabeza" (19:9).
Y aun así, con todo lo anterior Job dice: "Yo sé que mi Redentor vive" (19 25). A pesar de todo lo sucedido Job seguía reconociendo, exaltando, alabando y bendiciendo el nombre de Dios, pues su descanso final y real era Él.
Podríamos hablar del pecado de Job al poner en duda a Dios, pero esto daría para una discusión mayor. En este mensaje la conclusión es otra. Es momento de empezar a notar que vivas lo que vivas en tu vida debemos descansar en Dios. Hoy se viven pérdidas materiales constantemente con el nivel de delincuencia circulante, pérdida de familiares queridos que nos llevan a penas muchas veces incontrolables, quiebres amorosos de noviazgos y matrimoniales, el mundo a través de RRSS y en nuestras propias iglesias muchas veces nos juzga y apunta. Pero aprendamos de Job y descansemos en Dios sabiendo una sola cosa y es que MI REDENTOR VIVE, y que podemos confiar en que sea lo que sea que esté viviendo, hay una finalidad. Esto no quita el dolor, no quita que de pena, rabia, y muchos sentimientos encontrados. Pero lo vivido busca que honres a Dios y que sepas que la dificultad que estás pasando pasa a segundo plano cuando confiamos en Su soberania. No dejes que el mundo o las experiencias o vivencias te alejen de Dios, por el contrario, vive tu experiencia aprende del dolor y el trago amargo para tener empatia y el día de mañana puedas hasta ayudar a tu prójimo, y confía en Dios, pues puede que no sepas el porqué de tu prueba, pero si sabes que TU REDENTOR VIVE y Él dará la calma que tu corazón necesita.